La presencia del comercial, vestir adecuadamente es fundamental en ventas.
Cada vez que comiences un nuevo empleo te harás la misma pregunta: ¿cómo hay que ir vestido en este trabajo? Mi consejo es que no te agobies, pasado el tiempo sonreirás por la ignorancia y las ganas de no desentonar el primer día. ¿Tienes claro cómo viste un comercial?
Tu presencia es la de la marca que representas. Cuida tu vestuario, abandona el traje si no es preceptivo en tu mercado y preocúpate por tu aspecto. ¿Recuerdas la regla del diez?
Los primeros diez segundos, tus primeros diez pasos y tus primeras diez palabras definen no sólo tu apariencia y tu educación sino tu actitud al trato y a la negociación. Tu cliente recibe el 50 % de la información que precisa de ti antes de comenzar la negociación, y son pequeños detalles los que al final pueden decidirlo por tu oferta y no por otra similar y/o bastante idëntica. ¿O continuas pensando que el precio y la calidad son suficientes para conseguir un cierre?
Hay tres razones por las que las ofertas son cada vez más parecidas:
[x_alert type=»danger»]1. La primera no es que las ofertas en si sean parecidas, sino que internet y el desarrollo y acceso a la información han proporcionado al cliente potencial una información muy valiosa acerca de productos, características, comparativas y por supuesto ofertas. Esto ha traído que cualquier persona con un smartphone pueda saber más que tú, en el momento del cierre, acerca de tu producto, y lo que es peor, tener varias alternativas válidas y parecidas a tu producto. [/x_alert]
[x_alert type=»info»]2. En segundo lugar, en un mercado saturado de ofertas, las empresas tienen referencias de precios y servicios de otros competidores por lo que su posibilidad de mejora es posible. Contrarrestar una oferta es siempre más sencillo que dar un precio a ciegas, porque puedes estar muy lejos del precio que tu cliente estaría dispuesto a pagar o quedarte muy debajo de la oferta de tu competencia.[/x_alert]
[x_alert type=»warning»]3. Y por último, los costes fijos que soportan las grandes compañías son un lastre para la política de precios si es que se quiere respetar el margen de beneficio. Los socios de una multinacional no tienen la misma paciencia que una empresa familiar. Las pequeñas empresas realizan «locuras» en mercados o zonas de ese mercado en concreto para contrarrestar la calidad de los grandes a cambio de un precio que sacrifica margen. Porque contra los grandes sólo se puede competir por precio y servicio[/x_alert]
Y aquí es donde quería ir a parar. Hay algo ajeno a las grandes empresas, algo que no puede contrarrestarse con un buen descuento y es EL TRATO, personal y directo.
[x_pullquote type=»left»]El servicio comienza desde el momento en que le das nombre a tu cliente, pero un nombre con dos apellidos y no un número de referencia, socio o número de factura.[/x_pullquote]
El servicio comienza desde el momento en que le das nombre a tu cliente, pero un nombre con dos apellidos y no un número de referencia, socio o número de factura. He tratado con muchas empresas que han abandonado a su proveedor habitual porque si, tenían un buen producto y un precio ajustado, pero se sentían meros instrumentos de pago, con una respuesta ineficaz ante sus problemas y sobre todo NO ESCUCHADOS.
Estos clientes necesitan lo que los comerciales llamamos «cariño», ¿a que te suena?
Comienza con una buena postura, no curves los hombros y esconde esa chepa, saca pecho y el mentón para arriba. Procura no hacerlo muy forzado sino parecerás un pingüino. Se trata de trasmitir confianza y seguridad de no ser el mismo «triste» que cada dos horas entra por la puerta recordando lo mal que está la cosa y lo poco que circula el stock. Abandona el discurso derrotista y acompaña con tus manos una actitud más positiva que contagie a tu cliente del mínimo entusiasmo necesario para que se plantee una compra.
Tu presencia no sólo es la de la marca que representas, es también tu personal forma de acompañar a tus palabras. Una presencia impecable puede llegar a ser clave en una venta, en otra, sin embargo, un look desenfadado puede ayudar a romper el hielo y la clave creo yo que está en lo siguiente:
[content_band style=»color: #333;» bg_color=»#ffddea» border=»all» inner_container=»true»] [custom_headline style=»margin-top: 0;» level=»h4″ looks_like=»h4″]El traje con corbata[/custom_headline]
Elige la imagen y vestimenta adecuada para el sector en el que trabajas. Un comercial debe vestir con gusto, sencillez y comodidad. A veces, te verás obligad@ a llevar un traje con corbata, o si eres mujer un traje de chaqueta. Es posible que hasta te resulte cómodo según la fecha del año o tu forma cotidiana de vestir.
El traje no sólo proyecta una imagen de seriedad y profesionalidad al exterior sino que tiene un efecto inmediato sobre uno mismo. No hay persona que no aumente su autoestima cuando se ve bien vestido, y ya sea el caso de un hombre o una mujer, el traje, colabora gracias especialmente a la chaqueta. Y si te gustan estas prendas pero no el conjunto, guarda tus trajes para ocasiones diferentes y utiliza la americana
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[content_band style=»color: #333;» bg_color=»#ffddea» border=»all» inner_container=»true»] [custom_headline style=»margin-top: 0;» level=»h4″ looks_like=»h4″]Americana[/custom_headline]
No hay nada más cómodo que una americana sobre una camisa o blusa. Puedes combinarla con vaqueros (intenta que no estén desgastados por el uso o que tengan un estilo demasiado moderno), chinos o cualquier pantalón que no siendo de traje te ofrezca una imagen más cercana y personal combinada con la elegancia de una americana, lo,que siempre se ha conocido como «arreglado pero informal».Si yo fuera un cliente potencial no me daría mucha confianza una marca que uniforma a sus comerciales. Como si sus productos, o mis necesidades, no fueran suficientes para cerrar un acuerdo.
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Rehuye de esos complementos que dan una sensación de que estás deseando acabar de hablar para irte a Los Caños, porque te distanciaran de tu cliente ya que él espera a un profesional los cinco o 10 minutos que ha decidido dedicarte a ti. Y cuando soluciones su problema quítate el traje a lo Superman y saca tu verdadero yo, no antes.
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Viste como quieras. Lo más correcto y lo que hará que os sintáis mejor es vestir lo más parecido a tu cliente.
Si trabajas con abogados no te pongas botas de seguridad, ni corbata de seda si te diriges a albañiles. Procura ir lo más apropiado posible en cada situación. Si tienes que realizar algún trabajo técnico no acudas con traje y si tienes que comer con tu cliente más importante no vayas en vaqueros.
Es muy sencillo.
No desestimes la ayuda de tu vestuario a la hora de afrontar una reunión comercial, yo nunca lo he hecho.
Lo más importante.
Un traje no acaba en sus puños o en su cuello, tú eres una extensión de él. Aprende a llevar traje o americana o no te lo pongas. Tu presencia en una entrevista comercial no debe parecerse, ni por asomo, a la de esas personas que acaban en las bodas con la corbata en la frente. Tus primeros diez segundos si sabes andar con él serán un aval para el resto de la visita comercial.
5 respuestas
Excelente!!!
Muchas gracias!!!!!
Me encanta el post justo este miércoles voy a una entrevista de trabajo y no tenía nada claro como de arreglada ir. Me ha ayudado mucho Santos!! Gracias!
Gracias a ti Ainara por tus palabras. Las «operaciones comerciales» de tu vida, suelen ser entrevistas de trabajo. Te deseo toda la suerte. Ya me contarás.